No contesté... Me hice la dormida...
Vamos a darnos espacio...
No es que no me apetezca ni que me apetezca, es bueno eso... Sin más...
Ya, es lo normal... Ya, ya, ya...
Reconozco esta normalidad que lo esta poseyendo todo...
Ayer mi jefe me preguntó cual es el diminutivo dei nombre... Y me pregunto si me podía llamar así...
Le dije que sí, quien paga manda... Aunque le explique por si acaso lo pillaba que en en curro en Madrid nunca nadie me había llamado por el diminutivo, mi primer jefe en Madrid me recordó mi nombre largo... Y aunque al principio fue raro... Acabó por gustarme...
Si, creo que me molesta que me llame por el diminutivo, quien se cree que es?
Debería haberle dicho... Si me vas a llamar por el diminutivo, vengo en vaqueros y zapas, vale? O somos serios o no lo somos... Medias tintas como que no... Eh... Conmigo NO...
Resuelto el tema... Después de la comida viene su mujer a preguntarme por el puto diminutivo...
Volví a contar que bueno... Es que en el trabajo, en madrid... Pero bueno que no me importa ( hay un matiz entre no me importa y lo prefiero) que usen el diminutivo...
Ays... Si es hasta yo me doy cuenta de que cuanto más normal es todo más me noto mis rarezas....
Que conste que yo esta normalidad la disfruto y soporto porque soy total y absolutamente consciente ( quiero creer) de que es una fase normal (otra vez esa palabra), y previa hacia la "vida rara" y loca que me merezco...
Ya queda menos de esta bendita/maldita normalidad... Que mi mancha, ni moja, ni traspasa, ni emociona, ni duele, ni ná de ná...
¿No puedes ir en vaqueros y zapas? ¿Vas de uniforme, acaso? El nombre largo es lo que tiene.Me pasa parecido,lo que ocurre es que mi diminutivo se usa a la vasca y es aún más difícil que la largura del nombre real.Espero que no te pase a ti, pero lo de vestir informal,pues mira, es una baza a ganar.
ResponderEliminar