“A todo lo que te resistes, persiste. Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.
Carl Jung
Me sorprendí ayer mientras hablaba con mi padre. Me preguntaba qué tal por Madrid con eso que dicen en la tele que tenemos pandemia por todas partes. Le contesté: bah, yo bien! Tranquila, en casa!
Y sentí esa plenitud que tienes cuando crees tenerlo todo controlado y descontado...cuando todo está bien, después de un periodo en el que todo pudo ser distinto pero al final no, y todo está bien. La Paz de la seguridad, del confort , del haber hecho las preguntas y conocer las respuestas, sean cuales sean las respuestas. Al final, es un poco igual. Nada comparable a La Paz que produce la certeza, la certidumbre, que produce obtener una respuesta.
después de una temporada de movimientos sísmicos en el trabajo, en mi vida personal...
En la que pensé renunciar (no era una renuncia) a casi todo, a algunos planes y sueños (que realmente nunca se vayan a producir), a los requisitos, a todo... llegué a convencerme (aceptar) que me había equivocado.
Estaba tan segura como todas las veces que (también) me equivocaba...
Y hoy, ahora, la PAZ.
No habrá cambios, no habrá renuncias...
Y siento paz...
La Paz de quien lo apostó todo sin reservar, de quien dijo todo lo que tenía que decir, quién lo dio, lo ofreció, lo soñó todo, quien se vació y lo intentó, sin miedo, sin reservas, sin dejarse nada y , aunque a pesar de todo no fue suficiente, es casi lo de menos...
Tengo esa paz, esa tranquilidad...
No me guardé nada, no puedo culparme, no me quedó nada por intentar, por decir, por hacer, por inventar...
No me queda ninguna duda, ninguna culpa, ningún reproche que hacerme...
otras veces sí...
Quizá eso era lo que me mataba... lo que no me dejaba en paz...
y si lo hubiera dicho, y si no hubiera estado tan muerta de miedo, y si...
Esta vez no. Lo cierro en paz. Satisfecha conmigo.
Igual que con el trabajo. Cuando se revoluciona una vida se revoluciona en todas partes y cuando se calma también.
Hoy me preguntaba una compañera en un sitio , otra compañera en otro: qué tal? Le decía que iba a dejarlo /dejarme tranquilo. Ya está. No pueden ni quieren despedirme. Me dejaré ir. Ahora, de momento, mi funcionario me está dando tregua. Va a tener razón el Coaching cuando dice aquello de : qué pasaría si lo dijeras? Si lo plantearas?
Será que Poner las cartas sobre la mesa , poder permitirse ese lujo, es lo que me genera esa paz.
Quizá sea también la pandemia. No diré yo que no. Maslow actuando. Como preocuparse de nada , como darle importancia a nada cuando está en juego la supervivencia más básica.
Con las movidas del curro pensaba yo. Quizá sea lo mejor, que me despidan, 6 meses vegetando sofa, mantita y calefacción sin la mínima posibilidad de Ver un coronavirus ni de lejos y ya veremos...
me apetecía , la verdad...
La Paz tras la tormenta que pudo cambiarlo todo y que al final... no.
Y todo está bien.
Lo sé.
Estoy tan segura como las otras veces que me equivocaba.
Me apetece disfrutar de esta paz. Con la absoluta seguridad de saberme con el alma entera, curada, plena, llena... aunque con el cuerpo algo cansado por el Tema trabajo.
Lo mejor está por llegar.
Mientras tanto, disfrutaré Agradecida de esta paz bien ganada.
Avanzo Sola , en la mejor de las compañías.
Un poco más sabia, un poco más consciente. Espero, supongo, creo, quiero creer.
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