No estoy tan sola, en realidad. La gente me ve ocupando despacho de director y se acercan a preguntar si me han ascendido (angelitos!) , les digo que no, que bueno, que a ver… y se quedan un rato comentando.
Lo curioso (o no) de mi empresa es que como grupo son despreciables pero como personas individuales no comparten esa especie de cultura tácita que todos parecen compartir ( a ver, yo también tengo mi papel en ese cultura, soy la antagonista… esa a la que el sistema quiere destruir aunque la necesite para su propia supervivencia).
En fin, ayer me llamó mi jefe. Os acordáis de aquel proyecto transversal al que me apunté con la jefaza. Pues que como ya no está la jefaza ya no estoy en el proyecto. (En realidad, no llegué a participar . Se la cargaron antes. Menudo ojo!)
Veremos qué pasa..
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