Ayer me acostaba pensando en la escena de las dos muchachas muertas de risa con la botella de champán. Esa es la única verdad. Me decía. Lo único que quiero y a lo que aspiro. A eso he venido yo. A nada más.
Ay, angelito! Que poca memoria tienes!
Hoy, nos han puesto el adelanto del capi de mañana…
La conversación de la mañana después… esa en la que se hacen planes y promesas de eternidad y futuro…
(Puestas de óxitocina, normal!)
Todas hemos estado ahí, todas hicimos y recibimos esas promesas (varias veces, ups!)
(Puestas de oxitocina, normal!)
Y sabemos que pasa y que no pasa después antes o después…
Ay, mecachis! Quizá ni siquiera eso, las risas compartidas con el champán , las ganas irrefrenables que te hacen saltarte todos y cada uno de los límites y creencias , sean tampoco verdad…
Ni siquiera eso…
Por suerte lo olvidamos… y conseguimos creérnoslos cada vez o solo esa vez y descartamos a las anteriores como hechos comparables.
una vez más, esta es la buena, la de verdad …
Nos decimos (solamente por si acaso)
Bendita oxitocina! (O no)
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