Me digo.
El blog es una brecha de seguridad.
Lo supimos siempre?
No, la verdad es que no.
O si lo supimos preferimos obviarlo.
Qué posibilidades hay?
Pues… la capacidad del universo para conspirar y los algoritmos hace que sean muchas…
Pero bueno,…
Qué es la vida sin riesgo? Qué podría pasar(me)?
Pues… la verdad es que racionalmente debería dar a borrar, dar un portazo y ya está…
Coste/beneficio…
Pero nunca he sido racional (ya tu sabes)
Así que… ya está reabierto.
Sigo con mi vida, sin meterme con nadie (mas allá de lo que obliga la ética profesional). Yo ni siquiera tengo el poder de hacer o no hacer, de obligar a hacer ni obligar a no hacer. Vivo (estupendamente) ahí, por debajo del radar, en la trastienda. Susurrando al príncipe (me ha tocado ese personaje en la representación teatral general)
He tomado nota de quien (o quienes) se han preocupado por el cierre del blog y de quienes no. Sorprendente (en ambos casos). Sin acritud. Suele pasar. Quizá ya no/ni estáis ahí.
En algún caso, me he alegrado de la ausencia. Si es que ni se acordara del mundo blog… y yo cerrando el blog (atontá)… era (es) innecesario.
Sí, eso me diré. No hay riesgo de que mi vida real y mi vida blogueras se crucen en el mismo espacio-tiempo e implosionen. No, no hay ninguna posibilidad. Seguro. Digo yo.
Me leen 3 y todo está bajo control.
Sigamos con nuestras vidas . Las dos. Las reales y las contadas.
Sí, será lo mejor.
Oye, qué alegría, vaya susto
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