Escribo este post perpleja. Perpleja también de mi propia perplejidad, en realidad.
Esta mañana hemos tenido despedida de una de mis jefas (que se jubila). Nos hemos amontado en el pasillo frente a su despacho, en corrillos.
Casualmente en mi corrillo ha caído la última incorporación. Una jovenzuela de veintipocos años…5 años más joven que el miembro más pequeño (que ya era pequeño). Era junior temporal en una empresa del grupo (al otro lado del parking). Se presentó aquí y consiguió una plaza de senior fija. Carrera meteórica. Cuando me “ofrecieron” la patada hacia arriba diagonal, también se la ofrecieron a ella.
Carrera meteórica.
Apenas he hablado con ella. No compartimos expedientes. Hola y adiós y alguna conversación de ascensor (sin importancia), como la de hoy.
No tenía opinión formada de ella, la verdad. Bueno sí, me admiraba la buena gestión de carrera que lleva (sin destacar aparentemente por nada), la tía tiene su puestazo senior 2-4 años después de acabar la carrera y no es ni de Madri (con lo que le ha tenido de hacer el “viaje” y tal)
Hoy, en el corrillo, alguien habla de un ilustre… presidente de un ilustre organismo…
Es mi padre!!!!, ha dicho en un hilillo de voz.
Acabaraaaaaamos!!! La brillante y meteórica carera, la suerte, la visión que ha tenido para colocarse a esa velocidad…
Pues…
Me ha dejado perpleja , sí!
Lo he googleado, para ver la gravedad del tema y…. Bueno, es que su menor cargo es el citado en el corrillo. Virgen Santa!!!!
Perpleja de mi propia perplejidad! Cómo no se me había ocurrido? Si es que es lo normal.
Su padre es una eminencia. Una llamada tuya bastará…
La rara, parece ser, se confirma (otra vez), soy yo.
Y no me parece mal. (Ser la rara, digo)
Lo mío tiene cada vez menos explicación. Ya.
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