Leí por ahí hace tiempo que a esta mi edad de ahora a la gente le suelen pasar cosas terribles. Las enumeraban:
1. divorcio de la pareja de toda la vida (con el consiguiente reparto y pérdida patrimonial y vital, de hijos, amigos, familia).
2. pérdida del curro (en el que llevas ya años y que creíste sería para toda la vida) con el consiguiente destrozo vital…
3. enfermedad grave más o menos mortal o que va a quedarse contigo ya toda la vida.
A esta mi edad suele ocurrir una, dos o las tres anteriores. No es una edad fácil.
Si te pasa una quizá puedas sobrevivir, si te pasan dos es complicado que te recuperes ya, si te pasan las tres estás muerto.
La buena noticia, decía el artículo, es que si no te sucede ninguna de las tres… empieza una época de satisfacción, aceptación, serenidad, que te acompañará ya para siempre (o hasta que se produzca una de las tres).
Lo suscribo.
En mi caso es ya seguro que la 1 no me ocurrirá. Y no, el hecho de que no pueda ocurrir no es peor que el hecho de que ocurra. Virgencita que me quede como estoy y mira… he visto karmas peores y si no me tocó eso (lo de encontrar a alguien con sus requisitos (o los míos) bien puestos en el momento y lugar adecuado… pues bien está, oiga. (Supongo que a eso se refería el artículo, es un síntoma (bueno) de esta edad. Todo te viene bien, siempre que no sea 1,2 y/o 3. Había alternativas peores, todas lo eran. Aceptado. Reconocido. Sabido. Llegado a este punto del camino.
En mi caso es (casi) seguro que la 2 no ocurrirá. Salvo terremoto legislativo y judicial en este nuestro país. (O que se me vaya la pinza y se me empiece a notar más de lo estrictamente necesario). La verdad es que después de las múltiples movidas y cosas chungas que he tenido que sortear y gracias a esa “suerte” que tengo en momentos puntuales, puedo decir que es casi el trabajo perfecto. Hacer mi horario, hacer curro relativamente fácil, relativamente bien pagado. Mucha libertad… y una ya sabe que lo único a lo que aspira en esta vida es a la libertad. Cualquier trabajo que implique implicarse más… supone renunciar y mira a esta edad pues ya no apetece. No hay sueldo que lo pague (y menos si pensamos en las movidas y responsabilidad “penal o de cualquier otro tipo” que podría implicar) . No está pagado. Ya te lo digo yo. No viviría tranquila esperando que viniera Paco con las rebajas… quita, quita.
La tercera? Es la que más me asusta, claro. No hay manera de evitarla o preverla. Tengo buenos antecedentes. Eso me digo. Hasta los 80 ni ver un médico ni de lejos. Después de los 80 o 80 y algo… empezará el sufrimiento y declinar acelerado. He visto a mi madre convertirse en mi abuela. algún día, dentro de ya no tanto tiempo, me miraré al espejo de mi habitación y las veré a ellas. Ley de vida. Cosas que pasan a ciertas edades.
Mientras tanto, suscribo sí el artículo… la felicidad consciente se alcanza a los 47 (si tu karma juega a favor y te evita el 1,2 y 3, claro).
He visto karmas peores, ya digo. Lo he dicho siempre. Mi karma no es malo. Me ha evitado el 1 y el 2 ( a pesar de mi empeño en luchar con él o precisamente por mi empeño en luchar contra él)
Ahora Yo ya solo le pido que me evite el 3…
Así estaremos en paz. Seremos felices. Mi karma y yo. Por fin.
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