A veces, ganar también es entender, aceptar… quizá solo ganas cuando entiendes, aceptas, y solo observas el curso de los acontecimientos sin intervenir…
Esa paz que produce ver la corriente de un río…(sin tener la tentación de ser el salmón que nada contracorriente)…
Estoy en esa etapa, me digo. Por fin, como pronosticaba mi eneagrama he alcanzado la sabiduría…
Ayer, ya hice saber que me había gustado mucho la intervención de nuestra jefaza de turno…
Se lo hice saber a quien dijo que había preparado el material para su intervención. (En realidad solo le recomendó un libro que citó y ya. Su intervención fue más personal” y basada en su propia experiencia de “gestora de equipo”.)
Justo antes de salir ella apareció por mi planta (venía a buscar al pre-directivo del despacho de al lado, ese al que yo había dicho que su intervención guay)
Vaya, se va a pasar ahora el día ahí? Qué gracia!
Hablaron en el pasillo un rato frente a mi despacho, otro rato frente al ascensor (mi despacho es el primero del pasillo. Escucho todas las conversaciones que se producen en el hall del ascensor).
Qué gracia! Ya es casualidad…en este edificio inmenso, y que se le haya ocurrido bajar ella (cosa nada frecuente) . Normalmente subimos nosotros a los despachos del ser superior que nos reclame a su presencia.
Pasé de hacerme la encontradiza, de salir al baño (en mi planta están en obras y tenemos que ir al de arriba o abajo), de ir(venirme) a casa y aprovechar la espera al ascensor para darle todo mi feedback positivo.
Nunca llegaré a nada. La oportunidad de hacerle la pelota (medio-ligar con) a la numero 2 de la empresa y…. me quedo sentadita en mi sitio , en mi despacho… Visualizando la corriente de un río …
Si, esa soy yo. Ahora.