Hablo con una compañero de despacho jovenzuelo. Tiene 30 años y cree saberlo todo. Juventud, divino tesoro!
Es una de esas conversaciones de despacho sin importancia, demasiado tiempo que rellenar…
No sé cómo menciona mi edad. Una teoría extraña según la cual me quedan 4 ciclos . No se por que dice que los ciclos duran 10 años . Ya digo, ni puta idea de la vida tiene!
Le digo que a mi edad la vida te cambia por un divorcio, una enfermedad o la pérdida del curro.
Si te pasa una de esas tres es normal, si te pasan dos medio chungo, si te pasan las tres estás muerto!
Me dice: bueno, tú no vas a divorciarte, si tienes una enfermedad cobras todos esos seguros y del curro no fe pueden echar.
Me sonreí cuando presupuso que “no vas a divorciarte”…
Cada día me gusta más esa fama de ameba con patas que me he currado…
Sentí, otra vez, esa sensación tan fuerte…
Me queda una persona, me queda una fase…un ciclo. Solo uno. (Por fin!)
No tengo prisa (ya no). Disfruto la espera (ya sí).
Ocurrirá cualquier día de estos, quizá ya en el asilo.
Esa sensación tan fuerte que me ha acompañado y/o visitado tantas veces, casi todas ellas inesperadas, no puede ser por nada.
Estoy tan segura como las otras veces en las que también me equivocaba…