viernes, 11 de septiembre de 2020

Solo hay una verdad...

 Y es el almacenamiento del iPhone...

Lleva unas semanas diciendo que está lleno...

Lo que obliga a revisar... Fotos y conversaciones de whatsapp... 

Lo más pesado...

Ha tocado valorar y priorizar....

He borrado un historial con 48.000 y pico mensajes...

Tanto hablar para al final... Nada.

Ha sido natural, para mi sorpresa. 

No releo. No lo echaré de menos pero me sorprendí dando a delete con la mayor de las naturalidades. En esos mensajes habrá documentos, fotos, audios... supuse. Nada que me fuera a aportar nada. 

Hice lo mismo con otros chats... 

Dejé otros, que tampoco revisitaré... 

Tocó a la fotos. Esas sí que no pude borrarlas (de momento). Pensé que cuando cuente la historia en el asilo querrán ver pruebas... Quien soy yo para hurtarles esas fotos a nuestras yo futuras? 

Borré sí, otras. De gente con la que quedé y cuya historia no contaré (porque apenas la recuerdo, igual que ellas tampoco me recordaran a mi, ojo) 

Sonreí al ver las innumerables fotos que me hice antes de una quedada de hace 5 años. En un tris estuve de enviarle las fotos. Recuerdas la ropa que llevaba? Pues mira.. lo que me costó vestirme... Camisa abierta, cerrada, camiseta, no mejor camisa medio abrochada con camiseta tirantes debajo... (angelito!) 

Me veo atractiva (aunque gorda de barriga) en esas fotos. Suele pasarme. En ese momento no me gustan. De hecho, recuerdo que ya en aquel momento no entendía esa barriga del espejo, de las fotos,... Al paso de los años, acaban por gustarme. 

Al paso de los años a ella también le gusté.

El karma...

Veo un foto que descargué de un blog. Debió colgarla un rato. Arrepentirse al momento. Borrarla. Sabía que la borraría, me sorprendió, me gustó, me atrajo claro, como siempre, por eso hice pantallazo. 

Quizá algún día se la haga llegar... 

La prueba del delito... 

Al final, he hecho hueco en el almacenamiento del iPhone. El resto se salva por hoy. 

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