viernes, 4 de agosto de 2023

Mejor no apurarse…

La vida se me (te) pasa me dicen, me decía…

Ya, pero es que “yo trabajo así”…

Hasta que lo veo, lo sé (y nada ni nadie puede evitarlo) pues… me cuento excusas, peros, y sis, hasta el punto en el que estoy completamente segura de que no me equivoqué esperando…

Ya decía yo…

Ahora… ya he descartado totalmente comprarme casa en la city…

En realidad, querer comprar algo aquí (escribo esto ya desde las vacaciones en la city) siempre fue como un mal menor. Si todo va fatal , al menos , tener un techo en la provincia más barata de España (ventajas del subdesarrollo) .

Ahora que el listón del “que todo vaya mal” se ha elevado a un nivel que me garantiza un plato sobre la mesa y un techo sobre mi cabeza, me alegro de no haber comprobado.

Aquella vez que casi? Me alegro de que se me adelantaran Justo la tarde antes otros compradores…

Siempre pasa lo que tiene que pasar y esa vez también.

Ahora se me antoja una casa en la playa (bueno, que la ciudad tenga mar y buen tiempo). 

No me veo viviendo en madrid siempre….

Me veo comprando una casa por el sur o el este (nunca he estado por ahí, ja, no soy de viajar soy de irme a vivir. La dos veces que me fui a vivir a una ciudad nueva no había estado nunca antes. En una me quede 6 años , en la otra 15 (y subiendo) …

Me veo viendo en Madrid (en mi piso alquilado de chamberi o Salamanca) haciendo escapadas a esa ciudad desconocida (cuando las visitas a la city ya no sean necesarias. No se cuanto tiempo falta para ese momento . Solo sé que será mi último día en la city. No volveré aquí (a la city) nunca más. Lo sé. Seguro).

Y ya… cuando llegue el momento de jubilarme irme a vivir allí…a un lugar luminoso, soleado, donde me sienta la protagonista de una historia con final feliz. 

Si, ese es el plan. 

De momento no sé a que ciudad me refiero pero lo sabré… 

Es mi siguiente (y único) gran proyecto.

Lo veo.

Nunca vi lo de comprarme casa en la city. No, siempre pensé que era un downside vital que asumiría elegantemente si todo me iba mal. Pero no era un ardiente deseo, un algo que atisbara con ilusión en el horizonte.

Lo del retiro en la playa sí lo veo (aunque no vaya ni a pisarla). 

Quizá Alicante sea el destino . Una nunca sabe, hasta que llega el momento. Lo sabes y ya. 

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