sábado, 22 de septiembre de 2018

Después de la tempestad...

El El 1 de junio mi casera me llamó para decirme que su hija necesitaba "mi piso"...

Desde ese momento, los acontecimientos no dejaron de sucederse...

Una operación de mi padre...que al final no se hizo...

Una rotura de cadera de mi madre que se complicó por la edad...

Visitas y estancias sucesivas en la city... la última de cinco semanas...

Mientras tanto... visitar pisos, descartarlos... 

Organizar una mudanza de una casa que era mi hogar después de tres años... (En realidad eran 5, en dos tandas) 

La Bolsa cayendo aunque era lo de menos...

Resolver lo del coaching más o menos, tirando de profesionalidad y poco más...

Gastarse todos los días. Los de enfermedad y hospitalización, los de vacaciones, los asuntos propios...

Volver a dormir en una cama de 90... 

Sobrevivir al verano...pensando que en setiembre todo se arreglaría...

Que la vida dejaría de ser una carrera de obstáculos, una yinkana en la que todo se complicaba... todo lo que podía ir mal, iba. 

Llegar a setiembre y recuperar la calma... retomar la vida en Madrid como si fuera un maratón (que deberías abandonar, lleva a algún lugar en realidad. Para que seguir corriendo? No sería mejor dejarlo estar? Después de 10 años (que quizá son , en realidad 42,  no se vislumbra esa meta tantas veces soñada. Imaginada, contada) 

Comprobar eso sí que todo vuelve a estar en su sitio, mejor que nunca (quizá). Mirada desde un punto de vista objetivo. 

Recuperada la hija buena que había dejado de ser y para que la fui criada y concebida... 

Decidido que, de momento, viajaré un fin de semana al mes... mientras mi madre no esté recuperada del todo. 

Ya instalada en mi nueva casa, que no es un hogar ni pretende serlo. Este edificio me representa (más que el anterior). A las 7:30 el ascensor se peta, lleno de gente que va a trabajar, solos, este edificio es un edificio de solos, gente en transición, se nos nota...  es un edificio "friends" se me ocurre. Piso de apartamentos  En El Centro de la ciudad ocupado por gente pendiente de destino. Me representa, si. Me recuerda... que esto es una etapa que dura demasiado (toda la vida, en realidad). La otra casa, el otro edificio, estaba lleno de gente que había llegado a su destino. Viudas,  solteronas de buena familia... gente de toda la vida del
Barrio. No me representaba aunque yo no lo sabía. Me había adaptado. Me dejé llevar...

Ahora, después de tres meses... por fin, me levanto un sábado por la mañana, pongo una lavadora, recibo al técnico de vodafone (que sigue sin conseguir instalarme la fibra) , tengo la nevera llena de víveres...y no tengo una mudanza que hacer ni una despensa que vaciar.

Actualizo mi excel con mis inversiones y me sale positivo (otra vez , por fin) . Esto será lo que me lleve de Madrid. Me parece justo. Es a lo que más tiempo (y dinero) he dedicado en Madrid. 

Llamo a mi familia y todo progresa adecuadamente, lento pero seguro, escucho la felicidad , la alegría al otro lado del teléfono. Todo está bien. No me importa ser consciente de que el motivo de la alegría no soy yo. Que más da! 

Todo es previsible , otra vez.

Todo está bien. 

Disfruto ese tener la bandeja de entrada
Vacía.... nadie me espera y a nadie espero... 

Seguramente no siga con lo del coaching. Tengo tres procesos abiertos y voy a cerrarlos lo más profesionalmente que pueda, pero... prefiero centrarme en La Bolsa... y en mi trabajo... ya no me
Divierte, no sé de quién es la culpa, de ellos (mis coachee de ahora que no me interesan demasiado) o yo... que más da!  

De momento, toca parar. 

Mi objetivo , después de cuatro años, es presentar los méritos en mi empresa en la consolidación de empleo y ver dónde termino.  (ya los he recopilado, tengo títulos y cursos que ni me acordaba y puntúan la leche, más que los que sí recuerdo) . Es el siguiente paso natural. Lo que me llevara objetivamente al lugar en el que me corresponde estar.  Veremos si me gusta. 

Al final , todo se coloca...

Sin más...

No tengo más porque no me haría feliz.. 

La felicidad siempre implica sentir cierto terremoto vital. 

Si realmente quisiera me lo montaría, me lo compondría, me enfocaría... 

Pero la mínima vibración... no suele compensarme... 

Las veces que sí , que no pude evitarlo, compensaba la ligera incomodidad
Que me producía...que me produjo. 

No me parece mal. 

Renunciar a la calma a cambio de felicidad. Parece un trato justo. Equilibrado. Es raro , difícil, para mi alcanzar ese estado, ese equilibrio , lo sé. Sin más. 

No (me) ha ocurrido (coincidido) demasiadas veces.

 Como debe ser, supongo...

Sin más. 



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